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“El aislamiento es peligroso”


Reflexiones de la ley No. 18 de Robert Greene en Las 48 Leyes del Poder

Por Irving Vierma

En el complejo mundo del poder, las estrategias que empleamos para obtenerlo pueden determinar nuestro éxito o nuestra ruina. Entre tantas leyes, la Ley #18 de Robert Greene en "Las 48 Leyes del Poder" destaca un faro de sabiduría estratégica: "No aísles, rodéate de la multitud".


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Foto: Taiki Ishikawa https://unsplash.com/@fl__q

En el centro de esta ley yace la advertencia contra el aislamiento, recordando que apartarnos del mundo, puede ser peligroso. La interacción social, la conexión con otros y la exposición a diferentes puntos de vista son esenciales para mantenernos alerta y protegidos en el juego del poder y la supervivencia. El aislamiento, por otro lado, nos vuelve vulnerables y propensos al error, a distanciarnos de la realidad.


La circulación social es una herramienta invaluable en la búsqueda y el mantenimiento del poder. Al rodearnos de personas diversas, no solo aumentamos nuestras oportunidades de aprender y crecer, sino que también podemos construir una red de apoyo y protección. La multitud nos ofrece seguridad; dentro de ella, podemos pasar desapercibidos y diluir el riesgo de convertirnos en un blanco fácil para aquellos que desean derribarnos. Recordemos la idea del cardumen o la manada, como ilustración de esto.


El ejemplo ingenioso de Luis XIV de Francia (como lo cita Greene en su capítulo), quien construyó el majestuoso Palacio de Versalles en 1660, ilustra perfectamente esta ley. Versalles no solo era un símbolo de opulencia y poder, sino también un mecanismo astuto para mantener al rey rodeado de su corte y súbditos. No era solo un palacio, sino un microcosmos meticulosamente diseñado donde la nobleza y la corte real estaban obligadas a residir y competir por la atención del monarca. Luis XIV, al rodearse constantemente de la aristocracia y mantener un flujo constante de interacción social, logró mantener su control sobre la élite y, al mismo tiempo, evitar cualquier conspiración que pudiera surgir en su contra. Al estar inmerso en un entorno donde cada movimiento era observado y comentado, Luis XIV se protegía a sí mismo y fortalecía su dominio.


Sin embargo, como advierte Greene, las fortalezas también pueden convertirse en trampas mortales. Ser visto como inaccesible o distante puede provocar resentimiento entre aquellos que buscan nuestra caída. El aislamiento puede ser interpretado como un insulto, alimentando la rebelión y erosionando nuestro poder desde adentro.


Esta ley nos enseña que el aislamiento es peligroso y la circulación social es esencial para mantener el poder. Al rodearnos de la multitud, no solo nos protegemos de las conspiraciones, sino que también obtenemos información valiosa y mantenemos nuestra influencia sobre aquellos que nos rodean. Así como Luis XIV supo aprovechar la construcción de Versalles para rodearse de todos, debemos entender que el poder reside en nuestra capacidad para interactuar y relacionarnos con los demás.


Nos muestra la importancia de equilibrar el aislamiento con la conexión social. Al mantenernos cerca de otros, podemos protegernos a nosotros mismos y fortalecer nuestra posición en el juego del poder. El aislamiento puede parecer seguro, pero en realidad, es en la multitud donde encontramos verdadera protección y fortaleza.


Te invito a seguir nuestra etiqueta #TomaElControlDeTuVida

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